Volver a maquillarse
Hace poco, charlando con mi psicóloga sobre la posibilidad de cogerme una baja laboral, salió el tema del maquillaje y de cómo lo relacionamos casi exclusivamente con estados de ánimo positivos. Aquel día, en su consulta, yo estaba completamente sobrepasada por la vida, pero llevaba los labios pintados de rojo. Ella me recomendó que, si finalmente me decidía a solicitar ese parón, me sentara delante de la médica con la cara lavada. No hacía falta que me lo explicara.
Desde la pandemia, definida por una ausencia de pintura y una ratificación del chándal como uniforme, cada una se ha reconciliado con esta forma de autoexpresión a su ritmo y en sus propios términos. Recuerdo haber pensado mucho en cuándo decidía ponérmelo, por encima del porqué, y la conclusión fue que, para mí, su uso no siempre estaba relacionado con una alegría preexistente, sino que muchas veces actuaba como una herramienta con la que intentaba darme empuje. Resulta ridículo pensar que una persona en una fase depresiva no tiene permitido ponerse rímel.
Los primeros meses de este año han sido los peores de mi vida, y creo que en ningún momento del proceso he pasado más de un par de semanas sin ponerme algo de color en la cara. Supongo que lo que perciben los que me miran es que me encuentro mejor, pero partimos de la creencia errónea de que utilizamos el maquillaje únicamente para proyectar cómo nos sentimos: también podemos usarlo para intentar cambiarlo. Hay tanta particularidad en sus usos como circunstancias vitales.
Esta mañana me desperté entre niebla y, mientras me vestía, pensaba que había empezado la época en la que más me apetece pintarme. Cuando empiezan a incidir los rayos que no abrasan, cuando la cara no se derrite, cuando abunda el armario oscuro pero tu cara es un lienzo en blanco. Llevamos más de 20 años escuchando hablar de ‘La teoría del pintalabios’ que sostiene que estos artículos de belleza son el único producto que dispara sus ventas en épocas de crisis, pero creo que podría llegar a entenderlo.
🎮Un videojuego
Night in the Woods es un juego de aventuras y exploración ambientado en un pueblo minero y protagonizado por Mae Borowski, una gata antropomórfica que vuelve a casa tras abandonar la universidad y se lo encuentra todo patas arribas. La crisis, el gobierno, la falta de tejido social, negocios en quiebra, amigos en paro… Y todo esto lo conoces dando vueltas por tu pueblo natal y charlando con los vecinos. Las noches en Possum Springs son frías y, si quieres salir al bosque a buscar respuestas, tendrás que llevarte una rebequita. No hay nada más otoñal que una crisis existencial.
Cuesta 18,99€ en Switch.
🥦Una verdura
A veces pido a mis amigos que hagan un ranking de sus verduras favoritas para crear discordia. Me gusta mucho hacer listas porque soy una señora, soy libra y, bueno, trabajé en BuzzFeed. El caso es que mi top 1 indiscutible vuelve a estar de temporada: la alcachofa. Si voy a un sitio donde las tienen en carta, por supuesto que las voy a pedir. Son un fastidio de limpiar en casa pero no hay receta con la que no valga la pena hacerlo: en crema, salteadas con jamón, en tempura, confitadas, con gambas al limón… Esta es una crema que hice la pasada Nochevieja. No sé, gracias por tanto y perdón por tan poco.
❗Esta cartita es el equivalente a permanecer a un grupo de señoras que intercambian gangas del Lidl.
📚Un libro
La escritora polaca Olga Tokarczuk ganó el premio Nobel de literatura en 2019. Diez años antes se anticipaba a un tema ahora central como el ecologismo y publicaba una novela invernal que necesitaba un lugar en este espacio: Sobre los huesos de los muertos, un thriller metafísico sobre las contradicciones humanas, a medio camino entre el cuento de hadas y la novela negra.
Aquí conocerás a Janina, una apasionada de la astrología que recibe la responsabilidad de investigar las muertes violentas de sus vecinos, cazadores furtivos, que tienen mucho que ver con la avaricia y el desamparo de la naturaleza. Tokarczuk construye un ambiente oscuro en un pueblo en plena nieve y su mensaje de amor a la madre tierra sin sentimentalismos resulta totalmente hipnótico. De los de meterte debajo de la manta todo el domingo.
Cuesta 18,95€ en Siruela.
🔍Una inspiración
La Gothic Fairy Collection que presentó Rodarte en la Semana de la Moda de Nueva York del pasado febrero. Encaje, satén, volumen, mangas de murciélago, lentejuelas negras, eyeliners gruesos enmarcando todo el ojo… El look oficial de esta temporada de la bruja es: recién salida de los juicios de Salem.